Con todo el poder económico de Catar respaldando a la entidad parisina, realizó una oferta mareante imposible, casi, de rechazar: 40 millones de euros limpios (algo más que los sueldos de Leo Messi y Neymar). Su llegada a Jordania fue en una época dura del Daesh. La tragedia supuso la expulsión de los clubes ingleses de las competiciones europeas durante cinco años, como medida para frenar la violencia de sus seguidores más radicales, los hooligans, una tendencia que comenzaba a extenderse en el fútbol.